Muy pocos empresarios entienden que la Transformación Digital es un proceso de cambio, que es empático, porque se centra en el cliente y que está habilitado por la tecnología, por eso es digital. A veces tenemos demasiado miedo a preguntar, y se utiliza cualquier cosa –incluso aumentar la tarifa datos de los móviles de empresa– para tachar la transformación digital de la lista de tareas.
La palabra clave es transformación, digital es el camino. A causa del bombardeo de información al que nos vemos sometidos, pensamos que la Transformación Digital es un asunto inabarcable: BigData, IOT, AI, Cloud Computing, Machine Learning, y un largo etcétera de hechizos tecnológicos incomprensibles para profanos.
Hace unos días, un cliente me contó que todo esto de la Transformación Digital le recordaba a la Informatización de la Gestión Empresarial que hizo furor en el mundo de la empresa a finales de los años 80. Este mismo empresario me contaba que sus oficinas se empezaron a llenar de aparatos informáticos completamente innecesarios o demasiado sofisticados para las necesidades de la empresa (y en consecuencia caros) o, incluso, artilugios para los que no existían soluciones de software.
A mi cliente le daba miedo que con la Transformación Digital le pasara lo mismo. Le daba miedo empezar a invertir en tecnología que realmente no iba a necesitar.
Nuestro punto de partida para la Asesoría en Transformación Digital es pensar en el cliente. La transformación tiene sentido si agiliza los procesos comerciales de la empresa. Si ayuda a la empresa a ser más atractiva para los clientes: más rápida, más eficiente, más competitiva.
Si desconfías de tanta transformación digital, no estás solo.
Si sientes que necesitas información, apúntate gratis a las merendolas marketinianas. En la próxima sesión, hablaremos de cómo podemos iniciar una auditoría para conseguir una Transformación Digital eficiente y pragmática para nuestra empresa.